De la Redacción
Cada 8 de julio, el mundo conmemora el Día Mundial de la Alergia, una iniciativa impulsada por la Organización Mundial de la Alergia (WAO) para concienciar sobre las enfermedades alérgicas, su impacto en la calidad de vida y la importancia de su prevención, diagnóstico y tratamiento.
En un contexto donde hasta un 30% de la población mundial padece algún tipo de alergia, y con proyecciones que indican que para 2050 la mitad de los habitantes del planeta podría estar afectada, este día cobra una relevancia crucial.
¿Qué son las alergias?
Las alergias son reacciones exageradas del sistema inmunológico ante sustancias, conocidas como alérgenos, que en la mayoría de las personas no generan problemas. Estas sustancias pueden ingresar al cuerpo por diversas vías: el sistema respiratorio (pólenes, ácaros, moho), la piel (químicos, picaduras), el sistema digestivo (alimentos, medicamentos) o mediante inyecciones. El sistema inmunológico, al detectar estos alérgenos, libera químicos como histaminas, desencadenando síntomas que van desde molestias leves hasta reacciones graves como la anafilaxia, una emergencia potencialmente mortal.
Las alergias más comunes
Entre las alergias más prevalentes se encuentran la rinitis alérgica y el asma, que afectan a más de 300 millones de personas globalmente, siendo el 80% de los asmáticos también propensos a la rinitis. Estas son desencadenadas por pólenes (especialmente en primavera y otoño), ácaros del polvo, moho y caspa animal. Las alergias alimentarias, comunes en niños con leche y huevo, y en adultos con frutos secos y mariscos, pueden provocar desde molestias digestivas hasta hinchazón severa. Las alergias cutáneas, como la dermatitis atópica y la urticaria, surgen por contacto con químicos o alimentos, mientras que las reacciones a medicamentos (como penicilinas) y picaduras de insectos (abejas, avispas) también son frecuentes, pudiendo escalar a cuadros graves.
Tratamientos disponibles
Aunque las alergias no tienen cura, existen estrategias efectivas para controlarlas. La primera medida es evitar el contacto con el alérgeno, lo que puede implicar cambios en el entorno, como usar fundas antialérgicas, purificadores de aire o evitar ciertos alimentos. Los medicamentos, como antihistamínicos, corticosteroides (tópicos o nasales) y descongestionantes, alivian síntomas como picazón, estornudos o congestión. Para el asma, se utilizan inhaladores con broncodilatadores o antiinflamatorios. En casos graves, como anafilaxia, la adrenalina autoinyectable es esencial.
La inmunoterapia, o "vacunas para alergias", es un tratamiento a largo plazo que introduce pequeñas dosis de alérgenos para desensibilizar el sistema inmunológico. Es eficaz para alergias estacionales, a ácaros, animales o picaduras de insectos, y puede reducir síntomas significativamente con el tiempo. Este tratamiento, personalizado por alergólogos, requiere supervisión médica.
Un problema en aumento
Factores como el cambio climático, la contaminación, los estilos de vida modernos y el abuso de antibióticos han incrementado la prevalencia de alergias, especialmente en niños. En México, las alergias estacionales son más notorias en primavera (por pólenes de roble, fresno y olmo) y otoño (ambrosía, moho). La consulta con un alergólogo es clave para realizar pruebas cutáneas o de sangre que identifiquen alérgenos específicos y permitan un tratamiento adecuado.
El Día Mundial de la Alergia nos recuerda la importancia de la educación sanitaria y la prevención. Con un diagnóstico oportuno y un manejo adecuado, las personas alérgicas pueden llevar una vida plena, minimizando el impacto de esta condición que afecta a millones en el mundo.