De la Redacción
La empresaria Julia Abdalá ha enfrentado de manera contundente las recientes acusaciones que la vinculan con un supuesto esquema de lavado de dinero, señalamientos que también salpican a su pareja sentimental, Manuel Bartlett, exdirector de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
En una entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, Abdalá desmintió cualquier irregularidad y aclaró que los 4.5 millones de dólares que recibió entre 2012 y 2017 provienen de la venta de una propiedad suya, un edificio con permisos para operar como hotel boutique y oficinas, ubicado en la calle Leibnitz de la Ciudad de México.
“Todo es completamente lícito. Ese dinero corresponde a la venta de un inmueble que me pertenecía, y los pagos posteriores también están relacionados con esa transacción comercial.
No hay nada oculto ni ilegal”, afirmó Abdalá, subrayando que el origen de los fondos es transparente y está documentado.
Según explicó, la propiedad fue adquirida por la familia Weinberg, quienes realizaron las transferencias a través de sus empresas.
Este punto ha generado controversia, ya que un reportaje reciente los identifica como presuntos prestanombres de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, actualmente encarcelado en Estados Unidos.
Abdalá, sin embargo, rechazó cualquier vínculo con García Luna.
“No lo conozco, y las transferencias se hicieron mucho antes de que surgieran estos señalamientos públicos sobre la familia Weinberg o cualquier relación con él”, aseguró.
Además, destacó su amistad de más de cuatro décadas con Silvia Pinto de Weinberg, a quien describió como “una amiga querida” cuya relación personal no implica actividades ilícitas.
“Los pagos vinieron de sus empresas, y todo está registrado. Son operaciones comerciales legítimas”, insistió.
La empresaria también aprovechó para desvincular a Manuel Bartlett de sus negocios.
“Llevamos 26 años juntos, pero nuestra relación es únicamente sentimental, nunca económica. Jamás he dependido de un hombre, y él no tiene nada que ver con mis actividades comerciales”, afirmó tajante.
Abdalá calificó las acusaciones como un ataque político con tintes misóginos, argumentando que se le pretende reducir a un mero apéndice de Bartlett.
“Es absurdo pensar que una mujer no puede tener éxito por sí misma. Esto es 100% político, y él no tiene relación alguna con mis finanzas”, agregó.
El caso, que también menciona a los hijos de Bartlett como parte del supuesto esquema, fue desestimado por Abdalá, quien llamó a separar claramente su vida empresarial de la carrera política de su pareja.
“Mis negocios son independientes, igual que él y su familia lo son de mis actividades. Todo esto es un intento de mezclar cosas que no tienen relación”, concluyó.