De la Redacción
En el poblado de San Pedro Cuitlapan, municipio de Tlacoachistlahuaca, en la región de Costa Chica y Montaña de Guerrero, una celebración que simulaba una boda entre dos menores de 12 años desató controversia tras viralizarse en redes sociales.
El evento, realizado el domingo 4 de mayo de 2025, mostró a un niño y una niña vestidos de novios, en una festividad que incluyó música, banquete, pastel y la asistencia de numerosos invitados, según imágenes compartidas en Facebook.
La ceremonia, organizada presuntamente por las familias de los menores y respaldada por autoridades tradicionales del pueblo, generó debate debido a las leyes en Guerrero que prohíben los matrimonios infantiles.
Este caso recuerda un incidente similar ocurrido el 24 de febrero en Huamuchitos, Acapulco, donde otra supuesta unión entre menores provocó indignación en redes sociales. Es el segundo evento de este tipo reportado en el estado en lo que va del año.
Ante la difusión de las imágenes, Roberto Barreto Bohórquez, titular de la Coordinación Técnica del Sistema Estatal del Registro Civil, aclaró que no se trató de un matrimonio legal.
“Fue una fiesta organizada por las familias para celebrar una relación de noviazgo o un compromiso futuro entre los menores, pero no tiene validez legal ni se formalizó como matrimonio”, explicó.
El funcionario enfatizó que, desde la reforma al Código Civil impulsada por la gobernadora Evelyn Salgado, los matrimonios de menores están estrictamente prohibidos en Guerrero, y los oficiales del Registro Civil tienen la instrucción de no realizar este tipo de uniones.
Barreto Bohórquez aseguró que ningún funcionario del Registro Civil participó en el evento de San Pedro Cuitlapan, y que no se ha registrado ninguna unión matrimonial legal en el municipio.
“Si un acto así hubiera ocurrido, habría sido notificado al presidente municipal, quien tiene autoridad sobre los oficiales del Registro Civil, para anularlo y sancionar a los responsables, incluso con el despido”, afirmó.
Además, destacó que, de haberse tratado de un matrimonio formal, sería ilegal y sujeto a la cancelación inmediata.
El funcionario reconoció que algunas comunidades indígenas en Guerrero mantienen tradiciones que incluyen celebraciones simbólicas de este tipo, pero subrayó que no tienen efecto legal.
“Estas prácticas son parte de los usos y costumbres de ciertas localidades, pero no son reconocidas por el Registro Civil ni avaladas por el estado”, añadió.