Ana De la Luz
Diario El Mundo de Córdoba
El párroco de la catedral de la Inmaculada Concepción en Córdoba, Veracruz, Domingo Ortiz Medina, se pronunció sobre el asalto masivo, ocurrido esta semana, en la autopista México-Veracruz, para solidarizarse con el obispo de la Diócesis de Orizaba, Eduardo Cervantes Merino y los dos sacerdotes que, se vieron afectados; expresó que, la situación de inseguridad ya raya en la vergüenza.
Desde la Diócesis de Córdoba, el presbítero refirió que, si bien los obispos en la Provincia Eclesiástica de Xalapa han hecho muchos comunicados donde hacen llamados a las autoridades para erradicar estos flagelos. Sin embargo, manifestó que, se han quedado solamente en buenos deseos, ya que la situación de riesgo continúa.
“En las Cumbres de Maltrata, de Esperanza a Ciudad Mendoza, sí soy testigo de que, en estos días de vacaciones, sí había patrullas de la Guardia Nacional, pero, el problema es que no hay un proceso, sino que solamente hay acciones aisladas de acuerdo al evento que se está viviendo, pero si nosotros tuviéramos procesos en la línea de seguridad yo creo que, erradicamos estas situaciones que ya, rayan en la vergüenza, pues y hoy, pues monseñor lo vivió en carne propia”, expresó.
Señaló que, aun cuando el acto delictivo no tuvo mayores consecuencias, Ortiz Medina, aseveró que, se trata de una problemática que no debiera ocurrir y que, enciende las alertas en diversos rubros que se deben atender para mejorar el entorno de los ciudadanos, con la participación de todos los sectores.
“Gracias a Dios no hubo consecuencias más allá y todo queda en el robo, pero imagínate cuando está de por medio la vida de los demás. Yo creo que esto ya trasciende para tener más cuidado en el ámbito de seguridad, pero es en todo, seguridad, educación, salud, empleo, es una situación que todos conocemos que es compleja”, enfatizó.
Por último, el religioso de la Diócesis de Córdoba, puntualizó que, el pueblo debe despertar y hacer valer su autoridad moral, ya que, cuando el pueblo reacciona, la misma autoridad se mantiene con respeto. Agregó que, el pueblo no es cultivador de una cultura de la muerte, sino que siempre busca la alegría, la fraternidad y busca la solidaridad.