De la Redacción
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, actualmente en Italia para la cumbre del G7, enfrentó preguntas sobre la situación legal de su hijo Hunter Biden, quien está a la espera de ser sentenciado.
El mandatario dejó claro que no tiene planes de intervenir en el proceso judicial.
"No voy a hacer nada. Dije que acataría la decisión del jurado. Así lo haré", afirmó Biden. "Estoy extremadamente orgulloso de mi hijo Hunter. Ha superado una adicción. Es uno de los hombres más brillantes, más decentes que conozco", añadió.
Hunter Biden podría enfrentarse a una pena máxima de hasta 25 años de cárcel por los crímenes de los que fue declarado culpable, aunque la sentencia suele ser menor para aquellos que, como en este caso, carecen de antecedentes penales.
Hunter fue imputado por haber comprado en 2018 un revólver Colt Cobra de calibre 38 mintiendo al afirmar que no estaba consumiendo drogas. Posteriormente, admitió que en esa época estaba luchando contra su adicción al crack.
El hijo del presidente, de 54 años, ha reconocido públicamente que durante décadas ha combatido la adicción al alcohol y las drogas. Esta situación se agravó tras la muerte de su hermano Beau en 2015 por un tumor cerebral.
En sus memorias 'Beautiful Things', publicadas en 2021, Hunter detalló que en la época en que compró la pistola, estaba sumido en una espiral de depresión tras haberse divorciado de Kathleen Buhle, con la que tuvo tres hijos, y que atravesaba un momento particularmente difícil debido a su adicción al crack.
Esta es la primera vez en la historia de Estados Unidos que el hijo de un presidente en activo ha sido declarado culpable de cargos criminales. Este hecho está teniendo un impacto significativo en la campaña para las elecciones de noviembre, ya que los republicanos, y en particular el expresidente Donald Trump, están utilizando la situación de Hunter para atacar a Joe Biden.