De la Redacción

Uruapan, Michoacán.- Autoridades de Michoacán han desvelado la identidad del responsable directo del asesinato del alcalde Carlos Alberto Manzo Rodríguez: Osvaldo Gutiérrez Vázquez, conocido en el bajo mundo criminal como "El Cuate".

Originario de la colonia Miguel Hidalgo en Apatzingán, este hombre de entre 17 y 19 años, según estimaciones iniciales, portaba tatuajes distintivos en varias partes del cuerpo y dio positivo en pruebas de narcóticos, lo que sugiere un estado alterado durante el ataque.

Gutiérrez Vázquez no operaba en solitario. Fuentes de inteligencia de seguridad lo vinculan directamente con "El Prángana", un operador clave de los hermanos Ramón y Rafael Álvarez Ayala –alias "R1" y "R2"–, figuras prominentes en una célula del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Este lazo familiar y criminal apunta a motivaciones más allá de un acto impulsivo, posiblemente relacionadas con la dura postura de Manzo contra el narcotráfico en Uruapan, la capital mundial del aguacate, donde el alcalde había impulsado operativos y solicitado refuerzos federales para no convertirse en "otro ejecutado".

El fatídico 1 de noviembre, en el corazón del Centro Histórico, el bullicio del Festival de Velas –una tradición que ilumina las calles con miles de luces en honor a los difuntos– se vio truncado por el estruendo de disparos. Manzo, electo como independiente en 2024 con un abrumador 66% de los votos tras su paso por Morena como diputado federal, se encontraba interactuando con familias y niños disfrazados. Cargaba a uno de sus hijos cuando, alrededor de las 20:10 horas, el agresor abrió fuego con una pistola calibre 9 mm, descargando al menos siete balas.

Dos impactaron en el abdomen del edil y una en su brazo, heridas que lo llevaron a un hospital cercano, donde sucumbió horas después. Un regidor y un escolta también resultaron heridos en el caos.

La reconstrucción del crimen, presentada por el fiscal general de Michoacán, Carlos Torres Piña, se basa en un meticuloso análisis de videovigilancia. Las cámaras capturaron a Gutiérrez Vázquez llegando al área horas antes, registrándose en un hotel próximo a las 16:00 horas. Realizó compras rutinarias en comercios locales para no levantar sospechas, se cubrió con una sudadera blanca y se fundió con la multitud en la Plaza Morelos. Avanzó por calles laterales hasta la ofrenda central, donde las vallas de seguridad lo obligaron a aguardar. Una vez con línea de visión clara, ejecutó el plan: detonaciones precisas que sembrasen el pánico en medio de 'La Llorona' y los fuegos artificiales.

Tras el tiroteo, el sicario intentó escabullirse entre la confusión, pero elementos de su escolta y policías lo neutralizaron en el sitio, abatándolo sin que pudiera identificarse con credencial alguna. Dos cómplices adicionales fueron apresados poco después, elevando a tres el saldo de involucrados directos.

Este lunes, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla alertó sobre la existencia de un "actor intelectual" y posibles ramificaciones en grupos delictivos más amplios. "El abatimiento del agresor no cierra el capítulo; hay redes que urden estos cobardes actos", enfatizó, mientras el Gabinete de Seguridad federal garantiza que el caso no quedará impune.

La presidenta Claudia Sheinbaum, en sesión de emergencia, condenó el vil homicidio y reforzó el despliegue de la Guardia Nacional en la región.