De la Redacción
La relación entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el magnate Elon Musk, que alguna vez parecía inquebrantable, se fracturó este jueves en un enfrentamiento público marcado por acusaciones cruzadas. El detonante fue el controvertido plan fiscal impulsado por Trump, que, según la Oficina Presupuestaria del Congreso, podría incrementar la deuda nacional en 2.4 billones de dólares en los próximos diez años. Musk, en un giro inesperado, no solo criticó la propuesta, sino que se atribuyó el triunfo electoral de Trump en 2024, afirmando en X: “Sin mi apoyo, Trump habría perdido, los demócratas controlarían la Cámara y el Senado estaría 51-49”.
El desencuentro marca el fin de una alianza que había captado la atención mundial. Musk, líder de Tesla, SpaceX, X y xAI, expresó su descontento con el plan fiscal, calificándolo de “abominación repugnante” y acusando a Trump de mentir al afirmar que él estaba al tanto de los detalles del proyecto. “Nunca me mostraron ese proyecto de ley”, aseguró Musk en X. Por su parte, Trump, desde la Casa Blanca, lamentó la ruptura: “Teníamos una gran relación con Elon, pero no sé si seguirá siendo así”, dijo, visiblemente molesto por las críticas del empresario.
La relación entre ambos ha sido históricamente volátil. Antes de las elecciones de 2016, Musk cuestionó la idoneidad de Trump para la presidencia, declarando en CNBC que no era “el mejor tipo” para el cargo. Sin embargo, tras la victoria de Trump, Musk se unió a un consejo asesor, aunque se distanció en 2017 tras la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París. La reconciliación llegó durante el mandato de Joe Biden, cuando Musk adquirió Twitter (ahora X), reactivó la cuenta de Trump y amplificó voces conservadoras en la plataforma.
En 2024, Musk se convirtió en un pilar clave de la campaña de Trump, participando en mítines y donando, según The Washington Post, al menos 250 millones de dólares. Tras el regreso de Trump a la presidencia, Musk fue nombrado director del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), un rol estratégico que lo posicionó como una figura central en la administración. Sin embargo, su involucramiento en DOGE y sus críticas al plan fiscal, sumadas a una caída en las ventas de Tesla, lo llevaron a anunciar en abril que reduciría su participación en el departamento, abandonándolo por completo el 28 de mayo para enfocarse en sus empresas.
El cruce de acusaciones entre ambos empresarios repercutió en los mercados financieros. Las acciones de Tesla cayeron un 14.3 por ciento, eliminando cerca de 150 mil millones de dólares en valor de mercado.
Analistas advierten que la amenaza de Trump de cancelar contratos gubernamentales podría afectar significativamente los proyectos futuros de las empresas de Musk, incluidos los planes de robotaxis autónomos y las misiones espaciales de SpaceX.
El conflicto se intensificó en las redes sociales. En Truth Social, Trump escribió: "Estoy muy decepcionado porque Elon conocía desde dentro este proyecto de ley".
Musk, por su parte, publicó en X: “Es hora de soltar la bomba verdaderamente grande: @realDonaldTrump está en los archivos de Epstein. Esa es la verdadera razón por la que no se han hecho públicos. ¡Que tengas un buen día, DJT!",