Andrea Castillo
Este domingo 8 de septiembre, la familia Ramírez Hernández tenía pensado celebrarle su cumpleaños número 14 a Fernando Sebastián, sin embargo, lo que sería el festejo, terminó siendo un funeral y precisamente el día en que nació se le dio cristiana sepultura.
Desde las 9:30 horas, el cortejo fúnebre partió de la vivienda de Fernando Sebastián, con rumbo a la escuela telesecundaria Manuel de Mier y Terán, en ese punto se esperaba que les dieran acceso al plantel, pero no fue así, por ello decidieron despedirse justamente en el lugar en donde el joven estudiante cayó fulminado a consecuencia de un certero golpe a la altura del cuello.
En vía pública y frente a la institución, Carmen Ramírez Hernández, mamá de Fernando, pidió perdón a su hijo por ser, como ella dijo, una mamá gruñona y regañona, pero al final de todo ella lo amaba.
El recorrido hizo otra parada en el parque de la colonia Emiliano Zapata, en donde personas que no habían tenido la oportunidad de despedirse lo hicieron, después, a bordo de unidades del transporte público, así como particulares y patrullas que custodiaban el cortejo fúnebre, se trasladaron hasta la iglesia El Divino Salvador, ubicada en la Colonia la Pedrera.
El cuerpo permaneció en la iglesia, al terminar la homilía, el párroco pidió a sus compañeros de grupo que le hicieran una guardia de honor, asimismo, llamó a los padres de familia a no abandonar a sus hijos, y no dar por hecho que están bien.
Más tarde, el cortejo fúnebre partió hacia el panteón municipal, en donde ya lo esperaban en varias personas, ese sitio fue su última morada en donde sus amigos le llevaron presentes, un gansito y una coca-cola fue lo último que se le puso en su tumba.