De la Redacción
Córdoba.- Tras cinco años de ardua búsqueda, el cuerpo del niño, Arturo Vázquez Pérez, quien fue secuestrado en el 2019, pudo ser identificado por sus familiares. La ubicación de los restos fue obtenida tras la detención del ex líder cañero Vidal “N” y otras tres personas, quienes se encuentran a disposición de las autoridades ministeriales.
De acuerdo a la información obtenida por Diario El Mundo, el cuerpo fue identificado hace unas horas y se confirmó que los restos pertenecían a Arturo Vázquez Pérez, un menor de edad originario de la comunidad de El Cacahuatal, en Amatlán.
Según las declaraciones obtenidas por los elementos de la Policía Ministerial, el plagio ocurrió la mañana del 21 de marzo del 2019, cuando Arturo viajaba en un autobús de transporte escolar, en el cual se dirigía a la Escuela Secundaria Técnica 129 ubicada en Peñuela.
El autobús fue alcanzado por varios sujetos quienes viajaban en un taxi de Córdoba, el cual supuestamente había sido robado una hora antes. Los captores subieron al autobús en busca de Arturo, a quién reconocieron mediante una fotografía que llevaban y posteriormente se lo llevaron por la fuerza.
Se conoció que la familia fue contactada por los plagiarios el 5 de julio de ese mismo año para pedir el recate, cantidad que les fue entregada, pero no regresaron a la víctima.
Los secuestradores llamaron nuevamente el 23 de ese mismo mes para pedir más dinero, pero no liberaron al menor.
La búsqueda
Los familiares no volvieron a tener noticias y desde esa fecha iniciaron una búsqueda en toda la región, apoyaron en las agrupaciones de desaparecidos, pero pasaron más de cinco años y no encontraron al menor de edad.
El pasado martes en la madrugada, se llevó a cabo una movilización por distintas corporaciones policiacas en la vivienda del ex líder cañero de la ULPCA-CNC, el cual quedó detenido junto con Felipe “N”, quien era vecino de la víctima y supuestamente participó en el plagio junto con otras dos personas.
Los cuatro supuestos captores rindieron su declaración preparatoria ante las autoridades ministeriales y debido a que el caso era seguido por la Unidad Especializada en Combate al Secuestro (UECS), se mantuvo bajo total hermetismo durante el proceso.