Sunday, July 07, 2024
Banner4-c

Rosario Ruiz Muñoz*

“Ey, tú, si tú que me escuchas, eres tú quien me acusa de traidora, me llamas Malinche y lo entiendes como sinónimo de traición ¿acaso sabes mi historia? ¿sabes cómo fui a dar a manos de los castellanos? ¿sabes que fui esclava y más de una vez regalada a diferentes hombres? ¿sabes que mi destino se trazó cuando apenas tenía 14 años y fui entonces entregada, desnuda, al hombre que marcó la ruta que habría de tomar mi vida? No me juzgues sin antes escucharme, no me llames más “Malinche”, no sin antes escuchar mi historia…”

 

En la historia de bronce no hay términos medios, o eres el bueno o eres el malo, y a Malintzin triste e injustamente le tocó estar entre estos últimos. La distorsión de su nombre acusa al “malinchista” de traidor. Pero ¿realmente nos hemos preguntado a quién traicionó Malintzin?

Hoy vengo a contarles a partir de la historia que nos cuenta el escritor Pedro J. Fernández, quién fue en realidad esta mujer que fue considerada “la lengua de Cortés”. 

En su novela histórica “Soy Malintzin”, nos narra en primera persona la vida de un personaje clave en la historia. Independientemente de cómo sea llamada: “Doña Marina” por los españoles, Malinalli (nombre que le fue dado al nacer), Malintzin (cuando fue tomada como esclava en Potonchan) o Malinche en diferentes circunstancias, descubrimos a la mujer de carne y hueso, a la niña que sufre de un miedo constante, que enfrentaría la muerte de su padre cuando apenas tenía ocho años. 

Una niña que sería entregada como esclava, por su propia madre, para evitar que Oluta, su pueblo, entrara en guerra. Su libertad, “sería el precio a pagar para que los habitantes de su pueblo conservaran la vida”.

A través de la pluma de Pedro nos convertimos en callados espectadores del papel que esta mujer desempeñó en la encrucijada de dos mundos, “la lengua de Cortés” se explaya, nos cuenta detalle a detalle a través de las palabras que dirige a su hijo todas las vicisitudes que tuvo que enfrentar; cómo sintió que su destino era sobrevivir: “no entendía por qué seguía sobreviviendo a las batallas, a los problemas del mundo, a ser una esclava, a la ira del Tlatoani, a las dolencias y a las enfermedades…”

De la mano de Malintzin, recorremos los diferentes escenarios de la conquista; nos conduce en un relato por demás vívido. Nos lleva a sentir piedad por esa niña que enfrenta el miedo, la injusticia y el abandono. En su vida no hay preámbulos, pasa de ser una niña a una mujer. Pasa de ser la niña arrebatada de sus raíces a “la mujer que traicionó a su pueblo”. Una niña que muy pronto descubre que al ser entregada como esclava a unos guerreros mexicas habría de morir en la piedra de sacrificios. Una niña que es raptada para ser tomada como esclava. Malintzin “la noble prisionera”.

A través de una serie de “extraños rumores” somos testigos de la derrota de su nuevo pueblo, de cómo, nuevamente será entregada a unos guerreros blancos, a esos “castellanos” que tenían la piel tan blanca y  que solían vestir con ropas plateadas y brillantes que reflejaban el sol.

Pieza clave de la conquista, mujer  que dominaba varios idiomas a los que muy pronto sumaría el castellano, teniendo en ello un papel fundamental el que, a partir de ese momento, se convertiría en su complemento, el español, casi maya, Gerónimo de Aguilar.

Niña ávida de conocer, curiosa por naturaleza, inteligente. En la novela histórica existe la “licencia literaria”  ¿qué de lo que leemos fue verdad? ¿Cómo se logra adentrar  en la psicología de una niña y entretejer sus emociones y sus sentimientos? Mérito enorme de quien nos hace sentir el impacto del momento en el que nuevamente es regalada, ahora a un español, a Alonso Hernández de Portocarrero, hay miedo,  hay resignación, hay aceptación de su destino.

Pero en ese destino prevalece la figura del actor principal, Hernán Cortés, quien al darse cuenta de lo valiosas que resultan sus dotes de políglota, decide tomarla para sí. Se convertirá él en “El señor Malinche” y ella en la “lengua de Cortés”.

Nos adentramos en la mente de una niña que se siente culpable, que se acusa, que se siente parte de todo y de nada. Que tiene que soportar que la juzguen como “un gusano que apoyaba a los extraños”. Vivimos a través de ella el espanto de los castigos a que fueron sometidos quienes se oponían a Cortés; no, ella no quería estar presente cuando dijeron que le cortarían  los pies a Gonzalo de Umbría; no, ella no estaba de acuerdo en que los españoles destruyeran a los dioses de los pueblos a los que iban conquistando; no, ella no quería traicionar a la gente de Cholula; no, ella no quería ser testigo de cuando Cortés decidió cortar las manos a los espías de Tlaxcala.

A través de Malintzin somos testigos de la llegada de Cortés y su séquito de soldados a Tenochtitlan, ciudad maravillosa que dejaba sin aliento a quien la contemplaba; a través de ella conocemos cómo era en cuerpo y en espíritu el gran Tlatoani Motecuhzoma, hombre valiente y a la vez temeroso que siempre dudó de que esos seres fueran en realidad dioses.

A través de su voz nos convertimos en espectadores de la terrible matanza perpetrada en Tenochtitlan, por el sanguinario Pedro de Alvarado; de la lucha de Cortés en contra de Pánfilo de Narváez; de la propagación de la terrible viruela, y de su estela de muerte. De cómo nació en su corazón de niña un amor hacia el hombre que se convertiría en el padre de su hijo Martín. De la muerte de Motecuhzoma, del ascenso al trono de Cuitláhuac, su muerte y la llegada al poder del valiente Cuauhtémoc.

De cómo Cortés se ensañó destruyendo gran parte de la maravillosa Tenochtitlan, de cómo algunos españoles al ser capturados fueron llevados a la piedra de sacrificio, de cómo para celebrar su victoria los mexicas cocinaron pozolli con restos humanos, de cómo algunas cabezas fueron cercenadas y colocadas en el altar de cráneos. 

Triste, muy triste fue la derrota de Cuauhtémoc. Valiente guerrero que tuvo que aceptar ante su pueblo y ante los conquistadores su amarga derrota, aquel infame 13 de agosto de 1521. Aquel día “dejó de existir para siempre aquella ciudad gloriosa conocida por el mundo como Tenochtitlan”.

 Palabra a palabra nos convertimos en testigos de la destrucción del antiguo imperio mexica, de las torturas a que fue sometido Cuauhtémoc en la búsqueda desesperada del oro que tanto ansiaban tener los españoles; de la ruptura del corazón de Malintzin al sentirse engañada por el hombre que amaba, quien había decidido compartir su lecho con la hija del Tlatoani Motecuhzoma.

De boca de Malintzin sabremos de la despiadada Catalina, quien tras llegar procedente de Cuba la enfrentaría reclamando su legítimo título de esposa de Cortés, para luego aparecer muerta en circunstancias por demás extrañas que llevarían al conquistador a gritar su inocencia sin lograr con ello evitar el juicio en el que fue acusado de haber asesinado a su esposa.

Palabra tras palabra nos convertimos en testigos del nacimiento de su amado hijo Martín, del momento en el que es notificada por el propio Cortés de que su hijo será arrebatado de sus brazos por no ser digna de guiar a un descendiente de tan “noble” personaje, de cómo aquella arrebatada pasión hacia el padre de su hijo se transforma en algo que en nada se parece al amor que alguna vez le profesó.

¿ hacia dónde la condujo su destino?

¿Merece seguir siendo “La Malinche”? ¿la traidora?

¿Podremos a través de la lectura de “Soy Malintzin” comprender por qué en la vorágine de acontecimientos que fue la conquista esa niña fue más víctima que victimaria?

En los entretelones de la Historia no hay “buenos”, ni “malos”, sencillamente seres de carne y hueso que sufren, que temen, que aman…así lo dijo aquella que fue Malintzin…

 

                              

 *Antropóloga. Profesora de Historia de la Escuela Hispano Mexicana de Córdoba.    

Diario el Mundo

¡Bienvenidos a el Mundo de Córdoba Online! Desde 1960, Diario El Mundo marca la vanguardia informativa en la Zona Centro de Veracruz y sur de Puebla. La evolución nos ha llevado a encabezar orgullosamente la tendencia dando el siguiente paso dentro del compromiso con nuestros lectores, hoy usuarios de nuestro sitio web y redes sociales.

Por confiable y oportuno, el Mundo sigue siendo referente para millones de personas que integran una comunidad bien informada. Tú nos hiciste, por eso seguimos contigo... Gracias

Leer Más

Llámanos

Línea Principal de Contacto
271.688.1235
contacto@diarioelmundo.com.mx

Lo Reciente

20
Mar2024

Conoce a José, un jo...

Redacción Hoy te compartimos la historia de Jose Barranca Muñiz, un joven originario de Tuxtepec, qu...

20
Mar2024

Habrá nuevo aumento...

Antonio Arragán El Mundo de Córdoba Cuitláhuac.-Este prevenido, ya que el precio del kilogramo de l...

24
Mar2024

Evacuan a un promedi...

Raymundo Garcia G. Diario El Mundo Un promedio de 100 familias de tres comunidades de Nogales han si...

24
Mar2024

Habilitan Centros de...

Raymundo García G. Diario El Mundo Centros de acopio se han habilitado para apoyar a las fuerzas de...